Reseña de "La Princesa Prometida"

Título: La Princesa Prometida

Título original: The Princess Bride

Autor: William Goldman

Edición: Booket

Nº de páginas: 478

Fecha de publicación: 1973 (EEUU); 2004 (España)

ISBN: 978-84-270-3105-0

La bella Buttercup jura amor eterno a Westley, que parte en busca de fortuna y es asesinado por unos piratas. La doncella, obligada, se promete al príncipe Humperdinck de Florin, un bellaco al cual sólo le interesa la caza. El mejor esgrimista, el hombre más inteligente y el más fuerte del mundo son contratados por los enemigos de Florin para raptar a Buttercup. En la huida, sufren la incansable persecución de un encapuchado que los retará uno a uno en su propio terreno.

En La princesa prometida, William Goldman ha reunido todos los elementos clásicos de los grandes relatos, ambientados en un mundo de fantasía medieval, imprimiéndoles su fino sentido del humor. Sus personajes representan a todos los héroes y villanos de nuestros cuentos de infancia y rinden un brillante homenaje a la novela de aventuras.

Lo cierto es que, por muy increíble que os parezca, no había oído hablar de La Princesa Prometida hasta que un compañero del instituto me empezó a responder "Como desees" (ajá, como lo leéis). El caso es que me habló de la novela y me contó maravillas sobre él, así que no me quedó más remedio que leérmela en cuanto me fue posible. Para empezar, he de decir que me ha sorprendido; me esperaba una historia totalmente diferente. Pero, también tengo que añadir (no me matéis) que me ha defraudado... un poquitín, sí. Creo que por culpa de esta reseña voy a recibir varias amenazas de muerte, peeeeeeeeeeeeeeeeeeeero...

Para empezar, yo, que me esperaba una historia clásica de princesas y caballeros, me encuentro con todo el asunto de que La Princesa Prometida era una versión acortada de una obra homónima escrita por un tal S. Morguestern, libro que supuestamente el padre de Goldman le leyó a su hijo cuando era pequeño, saltándose las partes pesadas del libro. Toda esta enmarcación de la historia es original y está bien al principio, pero cansa a lo largo de la obra, ya que el autor se empeña en interrumpir las escenas diciendo que aquí Morguestern explicaba cómo Buttercup hacía la maleta durante setenta páginas o cómo eran los banquetes de palacio en veinte. ¿Resultado? Escenas estropeadas por interrupciones que podrían haberse omitido perfectamente.

Aparte de eso, la historia no está mal, aunque tampoco era como me imaginaba. Saltándonos la más bien aburrida introducción del autor, el relato comienza con una vida tranquila en el campo, donde se desarrolla una pequeña historia de amor (que comentaré más adelante). Sin embargo, pronto eso termina y se convierte en una aventura llena de falsas apariencias, trampas, criaturas peligrosas y emociones que denominaríamos fuertes. Todo esto está muy bien, ya que así se mantiene un ritmo ágil y entretenido que engancha en cierta medida. Además, los toques irónicos que le da el autor  (a través de personajes que ahora mismo comentaré) lo convierten en una lectura divertida y amena.
Sin embargo, también he de mencionar que la historia no llega a calar, al menos no en mí. Tanto la forma de narración (donde incluyo las interrupciones de Goldman) como los personajes me han resultado bastante lejanos (aunque algunos, como Íñigo Montoya, me encantan) y no he podido involucrarme tanto como me habría gustado.

También me gustaría comentar el polémico final que se le añadió a la novela por el 25 aniversario, titulado El bebé de Buttercup (no os lo toméis como spóiler, está en todos lados, incluso en el mismo índice de la novela, así que de alguna forma u otra os habríais enterado). Este pequeño añadido ha sido muy criticado, y lo cierto es que no lo aborrezco, como muchos otros, pero tampoco me ha encantado. Por un lado, me gusta porque conocemos una faceta nueva y más humana de Íñigo Montoya (¿he dicho ya que es mi personaje favorito?); pero, por otro lado, deja la historia demasiado abierta para mi gusto, y lo que relata tampoco es que sea de mucho interés.

Y ahora toca hablar, por fin, de los personajes. Weeeeeeeeeeeeeeeeeee. Empecemos por los protagonistas: NO ME HAN GUSTADO. Bueno, igual exagero; Westley no está tan mal (aunque tiene lo suyo), pero el desprecio que siento hacia Buttercup es taaaaan gigante que me ciega. ¡Sí, lo siento! Me parece que es la típica princesa sin ningún reparo en que los hombres le digan lo que tiene que hacer. En cuanto a Westley, estoy ahí-ahí. Su Como desees es adorable, pero hay ciertas actitudes de macho que no me han gustado demasiado. Todo esto ha hecho que su historia de amor me parezca un poco artificial, una de las razones por las que tampoco me he podido implicar demasiado.

En mi opinión, el punto fuerte de esta novela, en cuanto a personajes, está en los secundarios, sin duda. Me parece que Íñigo, el mejor espadachín del mundo en busca de venganza, o Fezzik, un gigante turco adorable, son muy carismáticos, seguramente porque se salen de lo normal y eso me gusta. El príncipe Humperdinck y el conde también me han gustado, pero en menor medida.

En resumen, La princesa prometida es un libro entretenido y ameno; no llega a calar del todo y la protagonista es un poco odiosa, pero los personajes secundarios valen la pena.

1931. William Goldman es un escritor, novelista, guionista y articulista estadounidense nacido en Highland Park, Illinois. Ha publicado obras bajo dos pseudónimos, Harry Longbaugh y Simon Morguestern. Precisamente bajo este último alias fue como vio la luz la que es su novela más conocida, La Princesa Prometida.

Es el autor de dos de los libros más importantes publicados acerca de la industria del entretenimiento cinematográfico, Adventures in the screen trade (1982) y Which lie did I tell (2000).

Ganadores de un premio Oscar al mejor guión original por Dos hombres y un destino (Butch Cassidy and the Sundance Kid) en 1970 y de otro al mejor guión adaptado por Todos los hombres del presidente 8All the President's Men) en 1977, Goldman fue uno de los guionistas cinematográficos más afamados del último cuarto del siglo XX. Otros trabajos suyos que fueron llevados al cine son Un puente lejano, The Stepford wives, Misery (adaptando al cine la novela honónima de Stephen King), Chaplin, Maverick o La hija del general.

La Princesa Prometida fue llevada al cine por el director Rob Reiner en 1987, 14 años después de su publicación. El mismo William Goldman se ocupó del guión, y tuvo como protagonistas a Robin Wright Penn (BUTTERCUP), Cary Elwes (WESTLEY), Mandy Patinkin (ÍÑIGO MONTOYA), André el Gigante (FEZZIK) y Chris Sarandon (HUMPERDINCK).

Podéis ver el tráiler de la película aquí.