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Los libros cuentan historias.

Pero los libros no serían libros sin páginas y letras

al igual que las historias no serían historias sin personajes ni sucesos.

El alma de la novela reside en el corazón del escritor, y después en el del lector.

El alma de la novela te hará volar. Con alas de magia. Con plumas de tinta.

sábado, 4 de junio de 2011

Cartas para ti

Y aquí estoy, sentada en la silla y escribiéndote una carta en aquella mesa de roble, una carta que nunca llegarás a leer porque tan pronto como la escriba la estrujaré entre mis manos y la haré pedazos.
El sol que se cuela por la ventana acaricia mi brazo recordándome aquel día de verano en el que te conocí. ¿Lo recuerdas? En la playa, asfixiándonos a 40º. Tú y tus amigos jugabais al voleibol y, de pronto, vuestro balón llegó hasta mi toalla., interrumpiendo mi lectura. Me costó unos momentos volver a la realidad, pues estaba totalmente metida en la historia de Jane Austen, Orgullo y Prejuicio. Al ver el libro, me preguntaste si era una de aquellas chicas romanticonas que se pasan el día pintándose las uñas y buscando chicos guapos con los que vivir una "intensa historia de amor" que duraría dos meses como mucho. Por supuesto, te mostré mis pálidas uñas sin pintar y te dije que yo era lo contrario. Yo no quería un chico para enrollarme con él y fingir que le quería cuando en realidad lo único que quería era volver a liarme con él. Yo quería a un amigo con el que hablar y poder confiar. Pero no tenía prisa, como aquellas chicas. Claro que alguna vez había sentido el deseo de sentirme querida por alguien, pero no quería algo falso, una historia que no me pudiera tomar en serio. Por supuesto, estas líneas no te las dije, más que nada porque te acababa de conocer, pero más tarde tú te ocupaste de averiguarlas.
Me invitaste a un refresco, y cuando yo te dije que nunca había probado una CocaCola me miraste alucinado. "Ahora mismo vas a probar una" me dijiste, y me obligaste a tomar un trago. Yo intenté resistirme, pero al final conseguiste que bebiera un poco. Aunque fue inútil, en realidad. No me gustó, y sigue sin gustarme.
Después de aquel día, vinieron muchos más. Hablamos y hablamos, quedamos, jugué al voleibol con tus amigos, salimos de fiesta... Y en invierno, en diciembre, aquella fría mañana, cuando te conté mis problemas y por primera vez me viste llorar, me abrazaste y me dijiste que todo iría bien. Justo en aquel momento supe que eras mi mejor amigo.
No sé cuándo exactamente me enamoré de ti. Sólo sé que llegó un momento en el que tu sonrisa me hacía sonreír y tu olor me hacía sentirme bien. Y aquella noche de primavera, cuando por mi cumpleaños me regalaste otro ejemplar de Orgullo y Prejuicio, te dije que eras una de las mejores cosas de mi vida. Yo te regalé estas palabras. Y tú me regalaste un beso.
A partir de entonces, todo fue bien. No fue como un sueño, como seguramente dirían aquellas chicas; pero debo decir que me sentía muy bien. Hubo discusiones, desacuerdos, algunas lágrimas y gritos, pero siempre hubo una sonrisa como mínimo cada día, una dosis que nunca llegamos a perder.
Pero entonces, después de años a tu lado, alguien te arrebató de mis brazos. Unas manos esqueléticas se apoderaron de tu salud y nada pudo salvarte del cáncer.
Aún recuerdo aquellos días de quimioterapia, en los que llevabas siempre un gorro puesto y tus ojeras cada vez se marcaban más. Cuando te sujetaba de la mano mientras vomitabas en el váter y violentos espasmos sacudían tu cuerpo. Pero ni siquiera aquel tratamiento que te fue quitando fuerzas funcionó.
Moriste.
Te fuiste.
Ya no puedo sentir tu mano sobre la mía, ni acariciar tu cabello. Ya no estás.
Sé que debo superarlo, que hay muchos peces en el mar. Y no lo dudes, claro que lo superaré, y algún día llegaré a conocer a alguien que me querrá y al que querré. Pero no aún.
Todo el mundo me dice que soy joven, que a los veintiséis años queda mucho por vivir. Lo sé, sé que es cierto. Sé que llegará algún día en el que saldré de casa y sonreiré, sin ninguna lágrima emborronando mi vista.
Algún día te recordaré y no sentiré dolor.
Pero aún no.
Ahora mismo, no quiero que me metan prisa. No quiero que me repitan una y otra vez que lo superaré, que no vale la pena que me encierre en mi habitación.
Ahora, quiero unos días para mí. Me sentaré, me pondré tu jersey y te escribiré cartas que se convertirán en cenizas o en trozos de papel desperdigados por el suelo. Ahora mismo, el resto me da igual. Sólo quiero estar sola con mis recuerdos, con tu recuerdo. Quiero sentirte y añorarte, quiero llorarte.
Quiero recordarte.
Al principio he dicho que nunca llegarás a leer esto porque lo romperé. En realidad, aunque no lo rompiera tampoco lo verías. No lo llegarás a ver, simplemente, porque no estás.
Pero no caerás en el olvido.
Te prometo, en estas páginas húmedas de lágrimas y tinta, que no te olvidaré. Reharé mi vida, pero no te olvidaré. Y tampoco dejaré que el niño que crece en mi vientre lo haga.
Porque te quiero. Y, aunque ame a otros durante toda mi vida, siempre te querré.
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Este relato va dedicado a tod@s l@s que hayan sentido o recordado algo mientras lo leían, y a l@s que lo hubieran sentido o recordado si lo hubiesen leído.

6 comentarios:

  1. a sido precioso Beth, hacia tiempo que no leia nada tuyo y esto...

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  2. beth... es tan precioso, estoy llorando sabes? es lo mas triste y a la vez lo mas bonito y tierno que he leido nunca, no puedo para de llorar no me siento identificada con lo que has escrito, porque nunca me ha ocurrido algo asi, y espero que no me pase, pero esque has logrado que me ponga en su piel y... porque no puedo para de llorar? voy a guardar este relato, porque es una de las mejores cosas que he leido, creo que lo leere una y otra vez hasta hartarme, y tal vez se lo enseñe a alguien que se sienta identificada, seguro que le hace sentir mejor
    aunque estaba desaparecida me he pasado unn segundin por tu blog a ver las novedades y veo que no has cambiado nada, sigues siendo aquella tintera que siempre escribio tambien, me alegro de que sigas igual :)
    un besazo (snif)

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  3. @Alina: Muchas gracias, la verdad es que llevaba bastante tiempo sin escribir ningún mini-relato, y ya era hora.

    @Lydia: ¿De verdad? Muchísimas gracias, Lydia, me emocionas :) De verdad que significa mucho para mí, me alegra muchísimo que te haya gustado. Con tu comentario me animas muchísimo a seguir escribiendo, muchísimas gracias. La verdad es que yo también he estado un poco desaparecida, ahora me paso por tu blog y, de nuevo, muchas gracias :)

    ¡Un besazo a las dos!

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  4. Beeth, que relato más bonito! Me encanta, de verdad.
    Me has emocionado tanto que me ha salido alguna que otra lágrima! :)
    Un beso muy grandee!

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  5. @Deeva: ¡muchísimas gracias, de verdad! :)
    Un besote para ti también!

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  6. Que blog más lindo tienes. Me quedo leyendo un ratito y te enlazo.

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