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Los libros cuentan historias.

Pero los libros no serían libros sin páginas y letras

al igual que las historias no serían historias sin personajes ni sucesos.

El alma de la novela reside en el corazón del escritor, y después en el del lector.

El alma de la novela te hará volar. Con alas de magia. Con plumas de tinta.

domingo, 17 de octubre de 2010

Atrapada: Capítulo 5

Me desperté sujetándome el cuello con las manos. Estaba sudando, tenía el pelo empapado, y respiraba entrecortadamente.
Me costó un poco darme cuenta de que había sido un sueño.
Esperé hasta que los latidos de mi corazón se ralentizaran, y entonces suspiré con rabia.
¡No...! ¡Otra vez no...! ¿Por qué? ¿Por qué a mí? Pensé que no había nadie  en el mundo quien lo estuviera pasando peor que yo. Era una pesadilla. No sólo ésta que acababa de tener, y por la que reviví la noche más horrorosa de mi vida, sino todo aquello.
Aquella habitación, aquella cama, el olor a sopa todavía presente, la moqueta con la mancha de caldo y el tazón hecho añicos al lado. La certeza de que mis padres adoptivos estaban ahí fuera, en algún lado, preocupados por mí; la certeza de saber que el hombre que intentó matarme estaba allí fuera, seguramente esperando a que se le pasara la borrachera...
Seguí quieta un rato más, hasta que me decidí.
No podía seguir así. Debía salir de allí. Debía salir de allí ya.
Me quité los zapatos para no hacer ruido y abrí la puerta con cuidado. Salí a un estrecho pasillo que solo tenía dos puertas más. La que estaba en frente de la mía era el baño, pues estaba entreabierta y pude ver el váter. La otra debía de ser el dormitorio principal. Donde dormía... él... mi padre... mi padrastro, mi...
Ya no sabía cómo llamarle. Y es que era muy difícil. ¿Cómo se suponía que debía llamar al hombre que hasta los nueve años creí mi padre, pero al final no lo era? ¿Cómo llamar al hombre que al principio me ofrecía su hombro para llorar, y después era él el que me provocaba las lágrimas?
Aquel pensamiento de no saber cómo denominarle me destrozaba poco a poco, así que me obligué a cambiar de tema.
Recorrí el pasillo con la mirada y me acerqué al comienzo del corredor, donde estaba el salón y seguramente la cocina... y él también.
Asomé la cabeza por la esquina.
Estaba en lo cierto; era el salón. Al otro lado había una media pared tras la cual se podía ver la cocina. Al lado había una televisión, una lámpara, un sofá... y él sentado encima del sofá.
Estaba durmiendo. Con una botella en la mano, el vaivén de su respiración relajada dejaba claro que estaba dormido. Era el momento perfecto.
Entonces vi la puerta. La puerta. Mi salida.
Con un cosquilleo, empecé a avanzar silenciosamente hacia la puerta. Le vigilé en todo momento, pero siguió dormido.
Llegué hasta la salida. Aferré el pomo, pero entonces mi giré hacia él y le observé, al tiempo que todos los recuerdos venían a mí en una estampida. Los golpes, los gritos, las borracheras... Todo de una vez, y una ira más fuerte que ninguna otra que hubiera experimentado se apoderó de mí.
Ese hombre me había destrozado la vida.
Avancé con paso decidido hacia la cocina y cogí un cuchillo. Luego me acerqué a él. Seguía completamente dormido.
Le observé con odio. Era un cabrón. Me había jodido la vida. Y ahí estaba, tan tranquilo.
Alcé el cuchillo con lágrimas en los ojos. Lágrimas de rabia, de odio, de tristeza, de anhelo, de miedo... de todo. No se podía describir lo que sentía en ese instante porque me vinieron todos los sentimientos a la vez.
Alcé todavía más el cuchillo. Sólo un golpe. Seco, certero. Tenía buena puntería, así que no sería difícil clavárselo en el corazón. Sólo una cuchillada y mis pesadillas se acabarían.
Sólo tenía que dejar caer el cuchillo... Sólo tenía que dejarlo caer, y todo terminaría...
Aferré el cuchillo con todavía más fuerza. Mis manos sudaban. Empecé a sollozar, sin poder controlarme. Sólo un golpe...
Evoqué toda mi vida, mis días grises, mis noches negras...
Se terminaría con un solo golpe...
Un golpe...
Alcé el cuchillo de una vez por todas con un grito.
Mi mano empezó a bajar...
...hasta que una mano nudosa la paró.

5 comentarios:

  1. Hola Beth. Está genial, como siempre.
    ya me psare...

    nos vemos

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  2. gracias sombrerera!
    ahora me paso por el tuyo para leer tu relato.

    un beso!

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  3. Me encanta¡ he visto tu blog en un comentario de luz eclipsada que soy su amigo,y me encanta tu blog cuando quieras pasa a verne
    www.manualidadesvictormoreno.blogspot.com

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  4. muchas gracias ojo marron! ahora mismo me paso =)
    un beso!

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  5. Está muy chulo, Beth. Aunque la comente poco, esta historia me encanta. Engancha, y la escribes muy bien. La parte en la que habla de que no sabe cómo denominarle, o cuando piensa en lo fácil que sería matarle pero empieza a dudar... fenomenal, expresa mucho y las frases son muy buenas. No he visto ningún detalle en sí que haya pensado que hay que corregir, así que muy bien.
    ¡Gracias por seguir escribiendoo! Coment on Wonder Crazy Land, please.

    Sawako ^^

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