Ha llegado la hora.

Hoy es el día. Hoy se decidirá el destino del mundo mágico.

Hoy se librará la batalla.

Entre mortífagos y anti-mortífagos.

Entre el Señor Tenebroso y el Niño Que Sobrevivió.

El famoso Harry Potter está a punto de decidir su destino. Pero, ¿qué sabemos de él?

Harry Potter fue el niño que, gracias a que su madre dio la vida por él, sobrevivió a la maldición Avada Kedavra, haciendo que el hechizo rebotase y casi destruyera al Señor Tenebroso. Fue aquél que vivió sus 11 primeros años en una apestosa despensa bajo la escalera en casa de los Dursley. Fue aquél al que, un buen día, un semi-gigante llevó al callejón Diagon, donde compró su varita y su lechuza Hedwig (que en paz descanse). Fue aquél que, en su primer curso en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, evitó que una versión parásita del Señor Tenebroso consiguiera la Piedra Filosofal. Fue aquél que, en su segundo año, destruyó un Horrocrux y mató a un Basilisco. Fue aquél que, en su tercer año, descubrió que su padrino no era el traidor que el creyó, sino la rata de su mejor amigo. Fue aquél que, en cuarto curso, ganó el Torneo de los Tres Magos y vio a un amigo morir. Fue aquél que, un año después, perdió a su padrino y ganó a una amiga un tanto extraña pero muy comprensiva. Fue aquél que, en su sexto año, vio morir a su mentor a manos de un hombre en el que siempre le había dicho que debía confiar. Fue aquél que, en vez de cursar el último curso en el colegio, se embarcó en un viaje muy peligroso con sus dos mejores amigos, en busca de los Horrocruxes que le ayudarían a destruir a Lord Voldemort.

Es aquél que ahora luchará, con ayuda de sus amigos, por un mundo mejor.

Es aquél que decidirá el destino de la magia.

¿Varitas listas?

¿Preparados?

La última batalla va a comenzar.